viernes, 1 de mayo de 2015

Recuerdos

Recuerdos.

De 30 años de 90.




Recuerdo cuando era un peladito y me llevaron al Estadio Modelo mi tío y padre en los ochentas, aquella general en el sector del marcador donde creció la pasión y se forjó la historia del Ídolo. En esas tardes de fútbol era común los jugos de riñon que lanzaban "generosamente" desde la zona alta, la incultura ya existía en el pueblo pero la gente lo tomaba como algo folclórico y tradicional. El Modelo era una fiesta y así lo sentíamos todos, más cuando salías Barcelona a la cancha y el corazón parecía salir del pecho, como un niño en esa época la sonrisa era parecida a tener un juguete nuevo, los primeros chispazos de adrenalina se sintieron al ingresar el equipo a la cancha, ahora todavía los sigo sintiendo pero en menor grado.


Recuerdo la época  del 85, donde tenías un equipazo deslotado plagado de estrellas, aquel uniforme regio con los polines de rayas me quedo en la retina, existían jugadores como: Morales, Perlaza, De lo Santos, Quiñonez, Vasconcellos, Galo Vasquez, Lupo, Palito Ordoñez; aquella época cuando los nacionales tenían un compromiso con la camiseta y nos armábamos de orgullo los hinchas al ser un equipo imbatible en Ecuador. Era un verdadero privilegio jugar en Barcelona y así lo sentían propios y extraños.

Recuerdo esa misma época  que tu idolatría era inconmensurable y la gente celebraba a rabiar tus campeonatos de esa época dorada; era muy tierno aún y veía con timidez como la gente gritaba tu nombre en las calles y se dedicaba a libar copiosamente con la única excusa de celebrar el momento de gloria que nos regalabas. Esos campeonatos los hicimos también nuestros, la idiosincrasia del barcelonista me he dado cuenta con el tiempo es hacer tus logros propios, pero tus malos momentos solo tuyos, no todos somos así menos mal.

Recuerdo que había reseñas en los periódicos, en ese momento leíamos y seguimos leyendo El Universo en mi hogar, mis ojos se iluminaban a ver primeras planas elogiando tu desempeño y tu funcionamiento era digno de elogio local e internacionalmente, eras respetado sin duda por tu trayectoria y linaje, ganabas en la cancha y en el tapete de la FEF todo lo que se te presentaba.

Recuerdo cuando me regalaron dos boletos de partidos para la preinauguración de tu estadio, era el año 1987 u 1988 esa preinaguración del Coloso del Salado. La primera vez que lo vi en esa escasa edad era como haber ido a DisneyWorld; aquella joyita construida en aquel sector olvidado se había convertido en un imponente estadio  para todos los guayaquileños. Era de 40000 personas y quedo corto para tanta gente, vino Peñarol que había quedado campeón de Amèrica si mal no recuerdo, era lo mejor de Sudamérica y notaba que ellos también se sorprendieron de aquel bello estadio como todos los presentes.

Recuerdo que después lo inauguramos, solo pude ir a ver un partido que le ganamos a la Sucursal de España, ingreso al campo de juego un paisanito rubio  de nombre Aguinaga como refuerzo, lo vi muy técnico y dinámico, ese jugador se fué a México muy joven y después se convertiría en una leyenda, el capitán de la selección, el Guero fue artífice de la primera clasificación al mundial junto a otro jugador de ingrata recordación que desperdició su carrera por mala cabeza.

Recuerdo aquellos arqueros que teníamos: Morales, Mendoza y Guerrero, los tres de excelente nivel y alternando, ellos se peleaban a muerte el puesto, y el que entraba lo hacia con la mayor gana. Teníamos lo mejor en el arco y lo sabíamos, que tiempos aquellos. Me acuerdo que Mendoza era suicida en el arco, el tipo colocaba hasta la cara para defender un gol, se veía el hambre y profesionalismo, no como el de ahora que es amor al dinero, en aquel tiempo la entrega y respeto a la institución era muy importante. Ni punto de comparación con Banguera y Lanza, que tienen errores a millón, los que vi eran unos gladiadores en el arco.

Recuerdo aquella final del 90, teníamos un equipazo, no puede asistir y observé el partido por televisión, fue la primera vez que llore de impotencia. El Monumental una vez terminado el partido aplaudió a sus guerreros durante varios minutos los cuales habían caído con dignidad, aquello que en estos tiempos actuales no existe, nos habían robado el partido un árbitro infame de nombre Loustau, toda Sudamérica lo vio y nadie dijo nada. Ahí tuvimos a uno de los mejores 5 que he visto en mi vida junto a Toninho Viera de nombre Marcelo Saralegui, puro corazón y garra, lo que no tenia de técnica lo suplía con esfuerzo y como levantaba de un carajazo al equipo, todo un Panzer para marcar. El vikingo era un incansable jugador y junto a un exquisito Trobbiani y un Acosta rodeado de estrellas locales formaron un legendario team de los mejores que he visto hasta ahora, citar a los Bravo, Uquillas, Izquierdo, Guzmán, y el frentón Muñoz, que belleza de equipo no como los mamarrachos de ahora. Quizás uno de los mejores Barcelona de todos los tiempos, debimos ser campeones de América si no es por aquel perverso árbitro.

Recuerdo de esa época aquel jugador morocho de técnica y velocidad innatas, de nombre Carlos Muñoz, primero lo vi jugar en Filanbanco con un uniforme naranja estridente, me encanto verlo jugar ahí de preliminar en el Monumental, luego vino a Barcelona donde se convirtió en un ídolo, el destino nos impidió verlo terminar una carrera prometedora, un grande sin duda, respetastes la camiseta y la sudastes como nadie, a pesar de haber sido emelecista. Carlitos gracias por las alegrías allá donde estés sea cielo o infierno.

Recuerdo aquel jugador que jugo una Copa Internacional venia de Argentina con gran cartel y siendo portada del Gráfico, el tipo se enfundo la camiseta en Chile y jugo como si hubiera sido de las inferiores, hay jugadores que son destinados a ser grandes y se adaptan perfectamente por su calidad. Carlos Alejandro Alfaro Moreno es de esos, vino y se quedo para siempre, eres una leyenda viviente del Idolo, gracias Beto por todo….

Recuerdo aquel partido con Sao Paulo en el Monumental, aquel equipo imbatible en Sudamerica y el mundo, vino a jugar una clasificación en el infierno de Guayaquil al medio dia. La historia nos dice que no clasificamos por un gol. Le ganamos a aquel equipo de Rai cuando nadie le había ganado en esa competición, hasta pidieron tiempo, fue una tarde memorable de Gilson de Souza y otros comandados por Habergger el nazi,  fue esas veces que Barcelona salió más ovacionado del estadio, una vez más se escribió un capítulo más de tu rica historia.

Recuerdo muchos otros momentos, pero recuerdo muy gustosamente la defensa de Montanero y Holguer Quiñonez, eran “raspadores” y los rivales los respetaban, nuestro capitán el Mormón infundía respeto por ser canchero y golpeador, lo vi acariciar más de una vez al delantero como indicando “Aquí estoy, no te me hagas el vivo, quédate quieto no quiero sorpresas”, habían algunos que no le hacían caso y los elevaba con balón,  era mañoso y la gente lo sabía, no como Perlaza que es bruto para pegar, el Capi sabia dar con bola y sin amarilla.  Al piquetero Holguer Abraham Quiñonez, era rápido y tiempista, muy técnico y con su cabellera peculiar daba gusto verlo jugar. Esa defensa que alternaba Noriega muy joven era de gladiadores no como la de ahora de payasos. Jamás vi a un mejor defensa que el piquetero, aunque también hacia la grandiosa cuando salía como loco al ataque, igual se lo perdonaba por su entrega. Citar que Montanero es nuestro verdadero capitán de todos los tiempos sólo jugo en Barcelona y dio hasta lo último por el club, nunca se le ha dado la verdadera valía exceptuando su nombre en el estadio, espero se haya justicia algún día.

En fin escribiríamos decenas de páginas de recuerdos, esperemos llegar a los 100 años de Barcelona Sporting Club si Dios lo permite, gracias a los jugadores por dejar todo al club, los recordaremos siempre a los que ayudaron a forjar la historia y fueron honrados, si bien el momento actual no es de los mejores aquellos viejos recuerdos nos embriagan el alma haciéndonos llorar de nostalgia mezcladas con  lágrimas de alegría, felicidades Barcelona en tus 90 años. Agradecerte por existir, definitivamente si no existirías te hubiéramos inventado.

Franklin Jácome A., Ing.
Guayaquileño, Hincha de Barcelona hasta la muerte.









No hay comentarios: