Recuerdos.
De 30 años de 90.
Recuerdo cuando era un peladito y me llevaron al Estadio Modelo
mi tío y padre en los ochentas, aquella general en el sector del marcador
donde creció la pasión y se forjó la historia del Ídolo. En esas tardes de fútbol era común los jugos de riñon que lanzaban "generosamente" desde la zona alta, la incultura ya existía en el pueblo pero la gente lo
tomaba como algo folclórico y tradicional. El Modelo era una fiesta y así lo sentíamos
todos, más cuando salías Barcelona a la cancha y el corazón parecía salir del pecho, como
un niño en esa época la sonrisa era parecida a tener un juguete nuevo, los
primeros chispazos de adrenalina se sintieron al ingresar el equipo a la cancha, ahora
todavía los sigo sintiendo pero en menor grado.
Recuerdo la época del
85, donde tenías un equipazo deslotado plagado de estrellas, aquel uniforme regio con los polines de
rayas me quedo en la retina, existían jugadores como: Morales, Perlaza, De lo
Santos, Quiñonez, Vasconcellos, Galo Vasquez, Lupo, Palito Ordoñez; aquella
época cuando los nacionales tenían un compromiso con la camiseta y nos armábamos
de orgullo los hinchas al ser un equipo imbatible en Ecuador. Era un verdadero
privilegio jugar en Barcelona y así lo sentían propios y extraños.
Recuerdo esa misma época que tu idolatría era inconmensurable y la gente
celebraba a rabiar tus campeonatos de esa época dorada; era muy tierno aún y veía
con timidez como la gente gritaba tu nombre en las calles y se dedicaba a libar
copiosamente con la única excusa de celebrar el momento de gloria que nos
regalabas. Esos campeonatos los hicimos también nuestros, la idiosincrasia del barcelonista me he dado cuenta con el tiempo es hacer tus logros propios, pero tus malos momentos solo tuyos, no todos somos así menos mal.
Recuerdo que había reseñas en los periódicos, en ese momento
leíamos y seguimos leyendo El Universo en mi hogar, mis ojos se iluminaban a
ver primeras planas elogiando tu desempeño y tu funcionamiento era digno de
elogio local e internacionalmente, eras respetado sin duda por tu trayectoria y linaje, ganabas en la cancha y en el tapete de la FEF todo lo que se te presentaba.
Recuerdo cuando me regalaron dos boletos de partidos para la
preinauguración de tu estadio, era el año 1987 u 1988 esa preinaguración del
Coloso del Salado. La primera vez que lo vi en esa escasa edad era como haber ido
a DisneyWorld; aquella joyita construida en aquel sector olvidado se había convertido
en un imponente estadio para todos los
guayaquileños. Era de 40000 personas y quedo corto para tanta gente, vino Peñarol que había quedado campeón
de Amèrica si mal no recuerdo, era lo mejor de Sudamérica y notaba que ellos también
se sorprendieron de aquel bello estadio como todos los presentes.
Recuerdo que después lo inauguramos, solo pude ir a ver un
partido que le ganamos a la Sucursal de España, ingreso al campo de juego un paisanito
rubio de nombre Aguinaga como refuerzo, lo
vi muy técnico y dinámico, ese jugador se fué a México muy joven y después se convertiría en una leyenda, el capitán
de la selección, el Guero fue artífice de la primera clasificación al
mundial junto a otro jugador de ingrata recordación que desperdició su carrera
por mala cabeza.
Recuerdo aquellos arqueros que teníamos: Morales, Mendoza y
Guerrero, los tres de excelente nivel y alternando, ellos se peleaban a muerte
el puesto, y el que entraba lo hacia con la mayor gana. Teníamos lo mejor en el
arco y lo sabíamos, que tiempos aquellos. Me acuerdo que Mendoza era suicida en
el arco, el tipo colocaba hasta la cara para defender un gol, se veía el hambre
y profesionalismo, no como el de ahora que es amor al dinero, en aquel tiempo
la entrega y respeto a la institución era muy importante. Ni punto de
comparación con Banguera y Lanza, que tienen errores a millón, los que vi eran
unos gladiadores en el arco.
Recuerdo aquella final del 90, teníamos un equipazo, no puede asistir y observé el
partido por televisión, fue la primera vez que llore de
impotencia. El Monumental una vez terminado el partido aplaudió a sus
guerreros durante varios minutos los cuales habían caído con dignidad, aquello
que en estos tiempos actuales no existe, nos habían robado el partido un
árbitro infame de nombre Loustau, toda Sudamérica lo vio y nadie dijo nada. Ahí tuvimos a uno de
los mejores 5 que he visto en mi vida junto a Toninho Viera de nombre Marcelo
Saralegui, puro corazón y garra, lo que no tenia de técnica lo suplía con
esfuerzo y como levantaba de un carajazo al equipo, todo un Panzer para marcar. El vikingo era un
incansable jugador y junto a un exquisito Trobbiani y un Acosta rodeado de
estrellas locales formaron un legendario team de los mejores que he visto hasta
ahora, citar a los Bravo, Uquillas, Izquierdo, Guzmán, y el frentón Muñoz, que
belleza de equipo no como los mamarrachos de ahora. Quizás uno de los mejores Barcelona de todos los tiempos, debimos ser campeones de América si no es por aquel perverso árbitro.
Recuerdo de esa época aquel jugador morocho de técnica y
velocidad innatas, de nombre Carlos Muñoz, primero lo vi jugar en Filanbanco
con un uniforme naranja estridente, me encanto verlo jugar ahí de preliminar en
el Monumental, luego vino a Barcelona donde se convirtió en un ídolo, el
destino nos impidió verlo terminar una carrera prometedora, un grande sin duda, respetastes la camiseta y la sudastes como nadie, a pesar de haber
sido emelecista. Carlitos gracias por las alegrías allá donde estés sea cielo o
infierno.
Recuerdo aquel jugador que jugo una Copa Internacional venia
de Argentina con gran cartel y siendo portada del Gráfico, el tipo se enfundo
la camiseta en Chile y jugo como si hubiera sido de las inferiores, hay
jugadores que son destinados a ser grandes y se adaptan perfectamente por su
calidad. Carlos Alejandro Alfaro Moreno es de esos, vino y se quedo para
siempre, eres una leyenda viviente del Idolo, gracias Beto por todo….
Recuerdo aquel partido con Sao Paulo en el Monumental, aquel
equipo imbatible en Sudamerica y el mundo, vino a jugar una clasificación en el
infierno de Guayaquil al medio dia. La historia nos dice que no clasificamos
por un gol. Le ganamos a aquel equipo de Rai cuando nadie le había ganado en
esa competición, hasta pidieron tiempo, fue una tarde memorable de Gilson de
Souza y otros comandados por Habergger el nazi, fue esas veces que Barcelona salió más
ovacionado del estadio, una vez más se escribió un capítulo más de tu rica
historia.
Recuerdo muchos otros momentos, pero recuerdo muy
gustosamente la defensa de Montanero y Holguer Quiñonez, eran “raspadores” y
los rivales los respetaban, nuestro capitán el Mormón infundía respeto por ser
canchero y golpeador, lo vi acariciar más de una vez al delantero como
indicando “Aquí estoy, no te me hagas el vivo, quédate quieto no quiero
sorpresas”, habían algunos que no le hacían caso y los elevaba con balón, era mañoso y la gente lo sabía, no como
Perlaza que es bruto para pegar, el Capi sabia dar con bola y sin amarilla. Al piquetero Holguer Abraham Quiñonez, era
rápido y tiempista, muy técnico y con su cabellera peculiar daba gusto verlo jugar.
Esa defensa que alternaba Noriega muy joven era de gladiadores no como la de
ahora de payasos. Jamás vi a un mejor defensa que el piquetero, aunque también hacia
la grandiosa cuando salía como loco al ataque, igual se lo perdonaba por su
entrega. Citar que Montanero es nuestro verdadero capitán de todos los tiempos
sólo jugo en Barcelona y dio hasta lo último por el club, nunca se le ha dado la
verdadera valía exceptuando su nombre en el estadio, espero se haya justicia algún
día.
En fin escribiríamos decenas de páginas de recuerdos,
esperemos llegar a los 100 años de Barcelona Sporting Club si Dios lo permite, gracias
a los jugadores por dejar todo al club, los recordaremos siempre a los
que ayudaron a forjar la historia y fueron honrados, si bien el momento actual no es de los
mejores aquellos viejos recuerdos nos embriagan el alma haciéndonos llorar de
nostalgia mezcladas con lágrimas de alegría,
felicidades Barcelona en tus 90 años. Agradecerte por existir, definitivamente
si no existirías te hubiéramos inventado.
Franklin Jácome A., Ing.
Guayaquileño, Hincha de Barcelona hasta la muerte.